La gran red

Liliana se quedó sola con un pasajero en la ruta hacia Yomasa, un barrio al sur de Bogotá. Cuando ese hombre empezó a decirle cosas raras, a coquetearle y a hacerla sentir en riesgo, esta taxista envió mensajes al grupo S.O.S. Fusión. Sus colegas intentaban tranquilizarla y comprender los confusos mensajes de Liliana que, nerviosa, grababa su voz en medio de los ruidos del interior de su carro y del tráfico bogotano. Cuando Charlie y Freddy, dos hombres que nunca había visto en su vida, veteranos miembros de este grupo diseñado para "hacerle pantalla" a quien enfrenta dificultades, acudieron en su ayuda y le devolvieron la calma perdida cuando dejó de sentirse sola.

John tiene 42 años, es uno de los administradores del grupo S.O.S. Fusión y, como muchos de sus colegas, es el responsable del sustento de su familia, compuesta por 6 personas. Ha vivido momentos tan duros como la muerte de la madre de su primer hijo, a los diez meses de haber dado a luz, un evento que lo llevó a dejar su trabajo y dedicarse a conducir un taxi para poder dedicarle tiempo a ser padre y madre de ese niño. Precisamente porque sabe lo que está en juego, ahora dedica mucho de su tiempo, dinero y energías a este grupo, para proteger a los demás.

Charlie no le tiene miedo a su muerte, pero le teme a que se le caiga "una pantalla", uno de los operativos con que los miembros de S.O.S. Fusión ubican a sus colegas cuando reportan situaciones de riesgo a través de whatsapp. Después de descuidar su matrimonio y enfrentar el dolor de separarse después de 25 años, empezó a valorar las amistades que hizo en los grupos de mensajería. Fue así como con "Lucho" y "el zarco" fundaron "Hope Drivers", conductores de la esperanza, uno de muchos grupos más pequeños que nutren a S.O.S. Fusión y que, gracias a los poderosos lazos que unen a sus integrantes, garantizan que cada uno de sus miembros estén dispuestos, como Charlie, a darlo todo para que los demás puedan disfrutar la vida.

"Giovanotti" es un hombre juicioso que toma tinto todo el día, solidario con sus colegas, siempre dispuesto a colaborarle a quien lo necesite. Tiene un matrimonio de varios años y dos hijos, es el tesorero de la cadena de ahorros de "Hope Drivers", un hombre noble que, en el pasado anduvo dando "malos pasos", una experiencia vital que le enseñó el valor de la lealtad y le permite ofrecer una mano amiga a los integrantes de sus grupos de taxistas en Whatsapp.

Liliana, una mujer joven, madre soltera, decidió entrar en el gremio de los ‘amarillitos’. Allí encontraría al grupo "S.O.S. Fusión", una especie de “manada” que al igual que las del reino animal, acude en situaciones de peligro. Como el día en que Liliana recogió una pareja en la Plaza de Mercado de Corabastos y, minutos después, se quedó sola con el hombre, que tenia una actitud autoritaria y coqueta. Aunque los mensajes que envió al grupo de Whatsapp fueron confusos, debido a los nervios, un par de desconocidos lograron brindarle seguridad para enfrentar un momento en que se sintió en verdadero peligro.