Los sabores de Jimmy

A ver… Tengo 42 años y llevo como taxista, exactamente… A Ver… Cinco años atrás manejé un año, luego manejé en urbano, en buseta, y ahora último en taxi porque salió un proyectico con la suegra: estamos pagando este vehículo entre los dos. Ya llevo pa’ tres años.

A ver… En esto uno se conecta mucho con la gente… Y uno maneja el ambiente de la gente: se suben señoras llorando, gente feliz, se suben borrachos, se sube gente mala…Entonces uno los maneja tal cual: que me hablan de parcero y que ‘tin’, pues de parcero le hablo. Aquí uno debe saber el ritmo. A mí se me suben ñeros y así mismo me hablan, y así mismo los trato. Sin miedo. Si se sube la señora que no se puede tutear, pues… Muy buenas tardes, señora, dama, caballero.

Yo tuve un restaurante. Yo sé cocinar. Yo tengo una experiencia empírica de cocinar la comida típica: frijolada, sancocho… Entonces yo a veces cuando ya tengo mucha confianza con los clientes me los llevo a mi casa o ellos me llevan a las de ellos y… ¿Qué vamos a pedir?

—No, venga, yo preparo.

Y se quedan aterrados:

—¡¿Cómo así que el taxista sabe hacer también el sancocho trifásico o sabe hacer la bandeja paisa?!

Yo tengo como tres clientes con esa confianza: una juez, un empresario de ópticas y una señora que está estudiando enfermería.