Nicolás Walteros

Coronel bigotes

Fotografías:
Julio Barrera
- Escrito Por:
Juan Sebastián Salazar
Relatos Amarillos pódcast RTVC Nicolás Walteros historias taxistas Bogotá Colombia

Pues… ¡Qué le digo, hermano! Yo, por ejemplo, hace una… Hace una… Mejor dicho, hay mucha tela que cortar.

El man estaba en la calle: con frío, en medio de la lluvia, del sol, del hambre… De todo lo que da la sociedad: miseria. Y yo le decía Care chimba yo ya tengo perros, y lo echaba, no le ponía atención. Pero un día lo vi tirado y uf… Se me enjuagaron los ojos. Todo cascado. Casi lo matan. Entonces lo llevé de urgencias y le dije Pues… Hermano, venga a mi casa, yo le doy todo. 

Así empezó todo.

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Y le voy a decir algo muy importante: este man llegó a mi vida para cambiarme la vida… Y eso yo lo agradezco mucho.

Cuando empecé a manejar taxi… Uy, juemadre. Yo me sentía muy encerrado. Pero cuando empecé a explorar –que llenar el carro de banderas, de tricolor, que vestir al man con la camiseta de la Selección, que hacerle un tanquecito de la Policía para que se montara, que hacerle un traje de Policía y ponerle gafas–, pues… Las cosas cambiaron.

Yo solo lo sacaba a montar en el taxi cuando jugaba la Selección Colombia, pero llegó un día por la mañana que quería que lo llevara a trabajar. Yo le dije Papi, yo no puedo llevarlo a trabajar porque me joden. Pues, mi hermano, empezamos a salir más y más. Salíamos en el taxi, salíamos en la moto; empecé a darle lujos… Lo llevé de vacaciones y la gente pensaba que éramos de la Policía, de antiexplosivos; claro, el man con sus gafas y su uniforme. Serio. Mejor dicho… Y desde ahí todo ha cambiado: hermano, tanto amor. Juemadre, es un amor…

Donde yo me mantengo ahora con el taxi, en el Alkosto, lo quieren harto. En el restaurante también lo quieren mucho: él llega y pide su desayuno, que quiubo, qué más... No, ese man se da garra... Se da garra... Ese man se pasa… 

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Hermano, es un perro fuera de lo común. Por ejemplo, a éĺ no le gusta que me toquen el taxi ni que limpien los vidrios. Nada. Pero sí que le encanta la gasolina, ¿oyó? ¡Ja!

A mi tío sí que le gusta la gasolina.

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