Esmeraldas

Yo salí de trabajar con las esmeraldas en 2018. Yo trabajé como escolta de los manes de Muzo, en Boyacá. Yo siempre quise ser escolta, ser parte de la seguridad privada. Es que mi papá, que me crió en el campo, me inculcó dos cosas: trabajar y el gusto por las armas, que la escopeta, que cazar… 

Yo primero fui guarda, después guarda líder, guarda motorizado, supervisor de puesto, ya luego fui supervisor de zona, después escolta de mercancías, ya después me metí con unos esquemas de seguridad… Y estaba bien, hasta que me echaron porque se desapareció una producción de esmeraldas de más de cinco mil millones de pesos. Sacaron a setenta escoltas, a las dos escuadras.

Cuando me cancelaron el trabajo me fui a una administradora de taxi en Bogotá, pasé la hoja de vida y me llamaron a los dos días: me entregaron un Kia Picanto. Y fue un cambio del cielo a la tierra. Al sentarme en el taxi… Uf, parcero… Al principio fue muy complicado, primero, por las direcciones, conocer el terreno, y, segundo, es que es muy diferente escoltar y coger una camioneta blindada –sea una TX, una Runner, una BMW, una Mercedes… la que usted se imagine– que coger un taxi y hacer carrera en Bogotá.. Parce… es que yo conocía gente muy poderosa. Entonces cuando pasó lo del taxi se me acabó todo.

La cosa es que cuando empiezo a manejar, y empiezo esa vida, entonces le cojo el tiro y me empieza a gustar. Recuerdo que hablé con mi papá, que compráramos un taxi. Lo compramos y todo bien… hasta la pandemia. Ahí me tocó venderlo.

Por esa época le dije a mi ex que cambiáramos de rumbo, que nos fuéramos a Medellín –eso porque la relación estaba súper mal, mal… Ella me dijo que Listo, sí, que me fuera yo primero y luego ella iba. Acá yo tenía mis contactos.

Cuando llegué a Medellín ella me dijo que no, que ella quería un mundo diferente… Digamos que fue un poco complicado… Gracias a Dios aquí tengo muchas amistades que me dieron la oportunidad de seguir manejando taxi. Y aquí me tiene.

Yo le digo una cosa: ahora no cambio el taxi. Si ahora me dicen que sea escolta… No… Lo pensaría una y mil veces.